Como sabéis, el otro día acabó la convocatoria para elegir nombre y rasgos de personaje y ganó Fairytale. Pues bien, ¡ya me ha mandado los datos del fantasma!
Nombre: Casilda.
Género: femenino.
Edad: murio a una edad muy temprana.
Rasgos: tiene el pelo largo que le llega a los hombros. Los ojos son grandes y expresivos, una nariz pequeña y una
boca menuda pero carnosa.
Otros datos: siempre lleva un vestido
largo que le llega por debajo de las rodillas y tiene manga francesa,
va descalza.
Y, para ir abriendo bocas... os dejo el fragmento en el que Diana la conoce (está más o menos por la mitad de Viajera interdimensional y he omitido algunas cosas para no meter spoilers, aviso).
La cuestión es que no es como yo me imaginaba que sería un fantasma (yo la veo normalilla: muy, muy jovencita, el pelo largo hasta los hombros, ojos grandes y expresivos, nariz pequeña y una boca menuda pero carnosa... sí, iba descalza y llevaba un vestido largo por debajo de las rodillas con manga francesa, pero esto es Esmtezlia), lo cual propició, por otra parte, que yo la confundiera con un ser corpóreo cuando, después de dar un montón de vueltas buscando la plaza donde había quedado en reunirme con el resto del grupo, me crucé con ella. Por supuesto, le pedí indicaciones.
—¿Es a mí? —me preguntó.
—¿A quién si no? —respondí, haciéndole notar que no había nadie más en los alrededores. Entonces me dijo que me acompañaría hasta allí si le hacía el favor de coger una piedrecilla en forma de corazón que había en el suelo y me la metía en el bolsillo. Debí sospechar algo entonces, claro, pero, vuelvo a decirlo, esto es Esmtezlia y, dado que en este dichoso planeta hay un alto porcentaje de gente extraña, no le di mayor importancia.Así que ahí estaba yo, charlando con una fantasma (sin saber que era un espíritu) que no dejaba de parlotear entusiasmada, como si no hubiera hablado con nadie en mucho tiempo (evidentemente no lo había hecho, no en vano es relativamente invisible para todos salvo para mí). Me contó que se llama Casilda, que lleva en esa calle mucho tiempo (supuse que se refería a que vivía en una de las casas, pero no: literalmente lleva en esa calle, sin poder moverse, años) y que estaba encantada de conocerme (normal).Al fin, cuando llegamos a la plaza, donde ya estaban todos esperando, me pregunta Kasdrel que con quién estoy hablando y, cuando señalo a mi compañera, me mira como si estuviera loca. Pensando que me vacilaba, me dirigí al resto, que también me miraron raro. Y entonces va Casilda y me dice:—Ah, se me olvidaba comentarte. Es que resulta que soy un fantasma.Entonces me giré hacia ella y me lié a echarle la bronca, mientras ella se disculpaba y me explicaba que su forma incorpórea está atada a la piedrecita que me había en mi bolsillo. Por supuesto, dado que yo puedo verla soy la única que puede ayudarla a liberarse porque, y cito textualmente:—¿Imaginas lo que es estar obligado a perseguir durante años a una estúpida piedra corriente?Al final me dio pena y decidí preguntarle a Seina qué se podía hacer. Por supuesto, no podía dejar de responder y el resto del grupo debe pensar que ahora estoy chalada, aunque no les culpo. Diana, la extraña terrícola que se dedica a espiar a la gente cuando se aburre y que es una druida de éter aunque ni siquiera debería hacer algo remotamente parecido a la magia, hablando con una criatura que sólo puede ver ella y que probablemente sea cosa de su imaginación. Estupendo, lo que faltaba para terminar de fastidiar mi reputación.