Me presentaré, aunque es tontería, dado que este
diario es la continuación del anterior y van a estar metidos en el
mismo cajón. O no, ahora que lo pienso, porque si voy a viajar entre
dimensiones es tontería cargar con dos diarios, cuando sólo voy a
escribir éste. No es que el anterior no me gustara, no. Es que le
quedaban pocas páginas y estaba hecho un asco. Literalmente. Aunque
claro, teniendo en cuenta que lo he arrastrado por tierra y mar en un
planeta invisible cercano a la Tierra llamado Esmtezlia (sigo siendo
incapaz de pronunciarlo correctamente, tanto menos de escribirlo
bien), he luchado con él a cuestas y se ha llevado más de un golpe,
bastante bueno ha salido, y eso que lo compré en los chinos.
Pero vamos por partes. Me llamo Diana y, o estoy
loca desde hace cosa de seis meses o, la opción por la que me
decanto más (más que nada porque no quiero estar loca), estoy
metida en un berenjenal sobrenatural de cuidado.
Mi mejor amigo/lo que sea es un vampiro llamado
Robert. También, desde hace un par de días, es mi jefe. Aunque no
tengo muy claro cuál es mi trabajo todavía, porque en principio es
una especie de tapadera: no puedo quedarme en un país extranjero sin
permiso de residencia, y nadie me va a contratar de forma fija,
porque esa es otra, resulta que soy una druida algo especial y tengo
que entrenarme. Por supuesto, en la Tierra no hay druidas así que me
tocará viajar a menudo a Esmtezlia. En principio iba a ser un mes de
cada seis, pero dado que no tengo ninguna ocupación útil (no he
podido matricularme en la universidad a estas alturas y como ya he
dicho Robert no me ha contado ni de qué es la farsa de contrato que
me ha hecho) hemos decidido que viajaré más a menudo. No es que me
moleste. Mis otros dos mejores amigos, Prastes y Desmias, dos
bodweanos (una raza humanoide hermafrodita bastante obsesionada con
el sexo) también viven allí y he hecho bastantes buenas migas con
mi maestra de runas, Seina.
Seina es una mujer encantadora, aunque como maestra
es dura y me agota física y mentalmente. Además, es la pareja de
Daluen, el mago Frío que ha hecho un pacto de colaboración con
Robert para desterrar de la Tierra a los vampiros malvados. Eso ya es
un gran avance, ya que los magos Fríos han consagrado sus mejores
recursos durante generaciones a desterrar a Esmtezlia a todo vampiro,
fuera bueno o no. De hecho, todo este lío viene de haber estado
entre uno de dichos magos y Robert y Alexander (ya hablaré del
imbécil, si me apetece, al igual que de su compañera, Careas... en
su momento les consideré amigos, ahora sólo son traidores
despreciables) justo en el momento en que hacía el hechizo. Tanto yo
como Carlos (otro imbécil, que ha sido imbécil desde el primer
momento en que puso sus ojos en mi persona) quedamos, literalmente,
atrapados en esa dimensión. Por suerte, Carlos se perdió durante el
primer día y no le volvimos a ver hasta el final del viaje. También
fue enviado de vuelta aunque, por suerte, sin un amuleto como el que
me hizo Khalaist, un mago Cálido que, además de salvarnos la vida
en su momento y tener el detalle de hacerme el amuleto, es hermano de
un miembro del consejo de los Fríos.
Volviendo al tema, que es mi presentación. No sé
qué más decir, salvo que tengo unos friki padres entrometidos que
también han prometido visitarme a menudo y a los que tengo que
mentir descaradamente cada vez que nos ponemos en contacto. Por
suerte, cuando vinieron a visitarme, no se quedaron mucho tiempo,
aunque sí lo suficiente para conseguir que Robert y yo nos diéramos
el beso más maravilloso del mundo. Un beso, por cierto, que no hemos
vuelto a mencionar, aunque debo decir que una parte de mí quiere que
se repita mil veces. Por suerte, mi lado racional pesa más en este
tema, ya que si no es buena idea empezar a salir con un mejor amigo,
ni empezar a salir con un vampiro... empezar a salir con tu mejor
amigo vampiro es mala idea al cuadrado.
En cuanto a los motivos que me impulsan a empezar un
nuevo diario... bien, me ayuda a clarificar mis ideas. Y ahora que ya
no estoy viajando, preocupándome a cada momento por mi vida y la de
mis compañeros, sobre si podré volver a casa... y que se ha pasado
el periodo de
nube-de-felicidad-por-haber-vuelto-y-tener-compresas,-baños-calientes,-comida-que-no-sabe-raro-y-más-tecnología-que-un-móvil-modificado-para-que-capte-la-señal-de-los-satélites-terrestes
y el periodo voy-a-hacer-turismo-por-mi-nueva-ciudad, empiezan las
preguntas.
1.- ¿Quién es el misterioso ayudante de Robert?
¿Por qué diablos no le he visto nunca? Bien, es una pregunta tonta,
pero me gustaría conocer al tipo que ha elegido toda mi ropa, que se
ha encargado de trasladar todas mis cosas de casa de mis padres a la
suite que tengo en la mansión de Robert (¿no lo he dicho? Ahora
vivo en una mansión), y que, al parecer, ha comprado todos y cada
uno de mis productos de aseo y hasta la comida que tomo todos los
días.
2.-¿A qué diablos se dedica Robert? Es rico (muy
rico) pero no parece que tenga una empresa ni nada de eso. Después
de todo, se ha tirado seis meses sin contactar con nadie (aunque
tenía mi móvil a su disposición) y si tuviera una empresa no
hubiera hecho eso ¿no? Por otro lado, me ha contratado para algo, al
menos sobre el papel, así que, o bien soy parte del servicio
doméstico o bien trabajo para una empresa.
3.-Si Robert y Alexander vivían en este país ¿por
qué diablos se apuntaron a un tour turístico para extranjeros? Lo
que es más ¿por qué viajaron hasta nuestro aeropuerto y luego
volvieron con nosotros en vez de unirse al grupo cuando aterrizamos?
4.-Cada vez me rechina más la guerra entre los
magos Cálidos y los Fríos. Según me contaron en su momento, todo
viene por un vampiro que cayó en la Tierra y empezó a convertir a
todo el que pillaba (por cierto, los vampiros no se convierten
mordiéndoles, sino mediante un ritual). Los Cálidos no quisieron
hacer nada, y los Fríos empezaron a masacrar a los infelices que
habían sido transformados. Hasta que los Cálidos decidieron
intervenir y, para evitar que la guerra lo destruyera todo, se pactó
que los Fríos no mataban más vampiros, pero que podían enviarles
de vuelta a Esmtezlia.
Cuando me soltaron todo ese rollo, tenía cosas más
importantes en las que preocuparme (adaptarme a nuevo entorno, volver
a casa, evitar que me mataran...) pero ahora me parecen memeces. No
sólo porque ahora conozco mejor cómo funciona ese mundo, sino
porque nadie empieza una guerra capaz de destruir un planeta para
proteger a unos vampiros. No es que me caigan mal los vampiros, pero
sé de buena tinta que prácticamente nadie en Esmtezlia movería un
dedo por ellos. Para los esmtezlianos (me acabo de inventar el
gentilicio), son una plaga y están en el escalafón más bajo de la
sociedad: o les odian o les ignoran. De hecho, se pasan la pelota
unos a otros para ajusticiarles cuando se propasan y se ha llegado a
un punto en que, por ley, cada raza tiene que responsabilizarse de
los vampiros de su especie. Así que no me trago que a una orden
entera de magos les dé el venazo y decidan proteger a vampiros que
no sólo no son de su especie (en su mayor parte, ya que hay magos de
todas las razas) sino que ni siquiera son de su planeta. Al igual que
no me trago que los Fríos decidieran prestar tanta atención a los
vampiros de la Tierra, por mucha ansia de sangre que tuvieran. Eso
sería darles más valor del que socialmente se les concede por esos
lares.
Dicho esto, sólo me queda preguntarme cómo voy a
satisfacer mi curiosidad sin ofender a nadie.
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